Fotografía de:

Hemos preparado esta exposición desde un profundo respeto y una total admiración por el flamenco y el pueblo gitano de Jerez. Nos ha movido un profundo respeto y una total admiración por la vida del pueblo palestino. Antes de subirnos a esas estatuas, antes de colocarles las kufiyas, les hemos pedido permiso. Se las hemos colocado con delicadeza. Con todo el respeto y toda la delicadeza que, por el contrario, se le está negando a millones de personas palestinas en Gaza, en Cisjordania y en los territorios ocupados por Israel.
Algunas personas nos gritaron desde los coches, nos miraban con caras de desaprobación mientras hacíamos estas fotos. Estamos convencidas de que si estas personas de metal levantaran la cabeza y miraran lo que está sucediendo en Palestina, se pondrían orgullosas esos pañuelos y cantarían o bailarían desde un rincón conocido de la historia de sus familias y de su pueblo. Y si estamos equivocadas entonces nos hemos engañado con sus cantes y con sus bailes.
No queremos participar en luchas sobre los orígenes del flamenco que nos resultan secundarias y un tanto estériles en estos tiempos. Hay cosas muy simples que hay que expresarlas de maneras muy simples. Hay que expresarlas con la simpleza y la profundidad de las entrañas cuando están vivas. Como siempre hemos pensado que se expresaba el mundo del flamenco. ¡Hermanas, están matando a decenas de miles de personas, a dece- nas de miles de niños y niñas, de manera premeditada! ¡Son décadas de limpieza étnica! ¡No es una guerra entre iguales, es un genocidio!
Si San Miguel fuera Gaza
del Arenal a la Plazuela
ya no quedaría, prima
ni la estatua de la Paquera.
Lo están eliminando todo. Quieren eliminarlo todo y a nosotras nos duele como si estuvieran acabando con nuestros arrabales, como si estuvieran matando a nues- tras niñas. Nos duele como si estuvieran arrasando con nuestra cultura y nuestras costumbres. A nosotras nos hace daño, como a vosotras os haría daño, si un misil destrozara las estatuas que respetamos de nuestros ba- rrios. A todas nos haría daño si las bombas acabaran con nuestros cantes. Si se calla quien canta, calla la vida.